La casa del dragón: la precuela a la sombra de Juego de Tronos

19.09.2022

                            Por Rubén Dittus

La casa del dragón es una historia fantástica sobre reinos, sucesión y poder; eventos que condujeron a la guerra civil en el seno de la Casa Targaryen. Concebida desde un principio como una serie precuela, los creadores George R. R. Martin (autor de la saga de novelas Canción de hielo y fuego) y Ryan Condal (guionista y productor estadounidense) articulan la trama de aquellos hechos transcurridos doscientos años antes que los relatados en Juego de Tronos, la premiada producción de la cadena de televisión HBO (2011-2019).

Estrenados cinco de los diez capítulos contemplados para la primera temporada (22 de agosto al 22 de octubre de 2022), La casa del dragón no ha sido inmune a la crítica especializada, que ya se ha esmerado en bosquejar algo más que simplonas impresiones. Y la nuestra no será la excepción.

El abanico de intrigas y personajes es notoriamente inferior que los eventos que se dieron lugar en la serie predecesora, aunque mantiene el nivel de sus efectos especiales y aquellos recursos audiovisuales que para algunos medios ha resultado excesivos, como las escenas de violencia, sexo y desnudez. Pero nada de esto es gratuito. Al contrario, refleja la coherencia de las vicisitudes de posteriormente deberán enfrentar a las casas nobiliarias en el continente ficticio de Poniente para tener el control del Trono de Hierro y gobernar los siete reinos que conformarán dicho territorio.

Las profundidades de este melodrama se tejen para un universo de fantasía medieval que nada tiene que envidiarles a los emblemáticos culebrones en el que la traición, el adulterio, el incesto y la estrategia son fértiles terrenos para sembrar el conflicto.

¿Qué debemos saber? Partamos por los hechos.

El rey Jaehaerys I Targaryen se queda sin heredero. Se forma un consejo para ayudar a elegir a su sucesor entre dos primos: su nieta Rhaenys y su nieto Viserys. Los miembros patriarcales eligen a Viserys, y aquí comienza nuestra historia. Nueve años después el rey Viserys se enfrenta al mismo dilema: después de que su esposa y su hijo recién nacido mueran en el parto, tiene que decidir quién será su heredero: su hermano Daemon (Matt Smith) o su pequeña hija Rhaenyra (Milly Alcock). La decisión se ve conflictuada por el perfil de ambos personajes. Opuestos y parecidos al mismo tiempo. A la joven princesa le encanta montar dragones, es ambiciosa para su edad y no quiere pasarse la vida criando hijos. Su tío Daemon, en cambio, no solo es un buen guerrero, sino que también es el cruel comandante de la Guardia de la Ciudad, disfruta vida llena de privilegios donde la lujuria no tienen competidora y cuestiona cada decisión tomada por su hermano rey, al que permanentemente pone en aprietos. Ambos posibles herederos del trono comparten algo en común: fuerte personalidad y duras convicciones, en oposición a la ambivalente personalidad de Viserys.

Esta sucesión es un elemento clave que, como hemos ido viendo a lo largo de los capítulos, viene siendo la mecha que desatará la tormenta de "Fuego y sangre". La presión del pueblo y del consejo real para que Viserys vuelva a casarse y trate de engendrar descendientes varones hace que Otto Hightower -la Mano del Rey- postule a su hija, Alicent, como candidata a ser la nueva esposa del monarca. El rey Viserys decanta en favor de su hija Rhaenyra. Con los meses, la muchacha sigue siendo heredera, pero su padre ha tenido un hijo, Aegon II, con su nueva esposa. Hay una mayoría silenciosa de súbditos y consejeros que comienzan a inclinarse por el joven varón. Ven con desconfianza que una mujer herede la corona, pues ninguna ha reinado en Poniente, hasta ahora.

Los saltos temporales dan nuevos giros a la historia. La relación incestuosa de Rhaenyra con su tío Daemon Targaryen es una de ellas (no sabemos hasta ahora si fue solo un beso o pasó algo más durante una visita nocturna a un burdel tras escapar de las murallas de palacio), así como la segura pérdida de su condición de doncella -nombre que recibe aquella mujer joven, virgen, inocua y remisa- junto a Ser Criston Cole, su fiel escudero, la misma noche de aquella desenfrenada visita a la ciudad. Los rumores del incesto llegan a oídos del rey, así como a los de su joven esposa. Todo se complica hasta tal punto que hace que el Gran Maestre prepare un té a Rhaenyra para prevenir un posible embarazo, y del que no sabremos hasta avanzados los capítulos si tendrá un efecto mayor en la trama (probablemente más como certeza de un coito apasionado que como el resultado de un nacimiento no deseado).

Y como si todo lo anterior fuera poco, la boda entre la princesa Rhaenyra Targaryen, y el joven Laenor, de la Casa Velaryon, con claras inclinaciones homosexuales, darán nuevos motivos para seguir el devenir de las condiciones de un "teatralizado" matrimonio del que ambos son parte interesada.

¿Qué sabemos de lo que vendrá en las próximas cinco semanas?

El mayor salto temporal hasta ahora mostrado: comprenderá más de 10 años. El tiempo transcurrido obligó a un recambio de actores y actrices en quienes interpretan a la joven princesa, su marido y un joven medio hermano (y probable sucesor del trono). Milly Alcock y Emily Carey concluyen su trabajo en el último capítulo, dejando su puesto a Emma D'Arcy y Olivia Cooke, que darán vida a la princesa Targaryen y a la reina de Poniente, respectivamente. Lo mismo ocurre con el personaje de Laenor Velaryon, cuya vida fue dada por Matthew Carver (niño), Theo Nate (joven) y John Macmillan (adulto). Veremos cómo se configura el abanico de personajes definitivos para el resto de la temporada.

¿Qué podemos esperar de lo que queda de temporada? ¿Pesará más el sentido del deber o la ambición desproporcionada por el poder?

En sintonía con los lineamientos argumentales presentados, los ejes resolutivos estarán en manos de los personajes femeninos centrales. A estos se les acredita y culpa por la guerra civil que vendrá. Y en ese sentido, la cercana amistad de juventud entre Rhaenyra y Alicent será crucial. La muerte del rey Viserys se aproxima y es de esperar que se concrete al término de la temporada. El lento y evidente deterioro en la salud del monarca capitulo tras capítulo así lo demuestra.

Por los libros de George R.R. Martin sabemos que, tras la muerte de su padre, Rhaenyra reclamará el Trono de Hierro y será desafiada por su medio hermano menor Aegon, detonando la guerra civil conocida como "Danza de los Dragones", en la que los jinetes de dragones lucharon entre sí. Veremos, entonces, al díscolo Daemon (convertido en antagonista), el joven Aegon II -representado a través de su madre- y la joven heredera Targaryen (la heroína) disputar algo más que un trono, mostrando las bases de un conflicto que, lejos de aquietarse, promete seguir sumando seguidores a una serie que se despega lenta, pero eficazmente, de la sombra de Juego de Tronos.

La casa del dragón es, hasta ahora, una digna sucesora que seguirá siendo comparada con la original. Ese es, probablemente, su pecado de origen.

Mi consejo: solo disfrútela.

*Crítica escrita en exclusiva para sitio web de Centro Cultural FYCIF [www.centroculturafycif.cl]