Don’t Look Up (No mires arriba): una hilarante comedia apocalíptica

25.12.2021

Por Rubén Dittus

Grosso modo la trama que nos propone el director Adam McKay no parece ser original: el hallazgo accidental de un asteroide que viaja en dirección a la Tierra y que amenaza la vida en todo el planeta, dejando a los Estados Unidos de América la difícil tarea de hacer algo al respecto. Lo vimos en "Armageddon" (Michael Bay, 1998) e "Impacto Profundo" (Mimi Leder, 1998) con éxito de taquilla. "Don't Look Up", sin embargo, nos sumerge en un viaje donde la corrupción, el negacionismo y el poder de las redes sociales se imponen como premisas protagónicas. Y lo hace con maestría. A ratos somos testigos de una historia que nos aflige. Es cuando la comedia negra transforma los hechos que narra en posibilidades ciertas en un mundo donde ya todo es posible.

Todo comienza cuando Kate Dibiasky -una novata estudiante de doctorado en astronomía (Jennifer Lawrence)- descubre lo que las películas de ciencia ficción ya habían dicho sobre la extinción de los dinosaurios, pero ahora aplicado a la raza humana. El cálculo es preciso: quedan poco más de seis meses para el impacto en el océano Pacífico, muy cerca de la costa de Chile. Su mentor, el timorato doctor Randall Mindy (Leonardo DiCaprio), no lo piensa dos veces y encabeza el equipo que deberá convencer a la mismísima presidenta de los Estados Unidos (Meryl Streep) de que "estamos en peligro". A partir de ese momento, comienza el calvario para la dupla de astrónomos. La duda se impone en la Casa Blanca. De hecho, la cita inicial fue cancelada con un contundente "vuelva usted mañana". Los cálculos políticos-electorales harán lo posible para aplazar la entrega de la noticia. "No es el momento de que se sepa" es la frase que se escucha ante la mirada atónita de nuestros héroes. La prensa y la televisión son las opciones tomadas por esta pareja de científicos desconocidos, hecho que los lleva a entrar a un laberinto de incredulidad que, a ratos, se convierte en delirante, grotesco y claustrofóbico.

Hay escenas que son simplemente unas joyas del filme, transformándose en íconos de una sociedad globalizada atrapada por lo irrelevante, lo precario y lo pueril. Es en ese espacio donde Internet sigue con más atención el romance entre una narcisista estrella del pop (Ariana Grande) y el rapero de moda que la poco amistosa declaración de que nos vamos a morir antes de fin de año. El asteroide Dibiasky -llamado así en honor de su joven descubridora- se convierte en un meme. Lo absurdo se instala aquí con fuerza, dejando el fondo del asunto en una irrelevancia de tal magnitud que hace que nos preguntemos cuán lejos estamos de que algo así suceda en realidad.

La lucha por el control de la verdad llevará a Mindy y Dibiasky a crear el eslogan "Mira arriba" desde el momento que el meteorito se ve a simple vista junto al resto el cielo estrellado, pero faltando poco menos de treinta días para el impacto. Los escépticos no se dejan estar y confeccionan cánticos que llaman a "No mires arriba" (movimiento liderado por la presidenta de U.S.A.), con la firme convicción de que la estrategia del gobierno es la adecuada: es posible salvar al planeta aprovechando la materia prima de rocas que lo componen y que cambiarían el futuro de la telefonía celular para el mundo entero, pero especialmente para una compañía, la liderada por el genio informático Peter Isherwell (interpretado por Mark Rylance), fundador de la marca "Bash" (en directa alusión al fallecido Steve Jobs y su producto iPhone). Literalmente fue como descubrir oro y diamantes en un cometa. Es el momento en que el plan para destruir al asteroide "mata planetas" cambia de rumbo por razones económicas: ahora hay que partirlo en pequeños trozos que llegarán a la costa chilena sin producir daño alguno. El fin del meteorito del tamaño del Everest es postergado tras la intervención del multimillonario empresario que promete a sus usuarios el nuevo modelo de celular con "una vida sin estrés de vivir". La frase es para el bronce, pero sacude las conciencias al comprobar que la mejor forma de vivir sin estrés es morir por culpa de la ambición y no por el deseo de vivir en la pobreza.

El Pentágono y la NASA quedan reducidos a una irrelevancia total, sin cabezas pensantes capaces de brindar contención a una catástrofe cuya única salida la tiene una oportunista presidenta de la nación (y a cuyo mediocre hijo instala como jefe de gabinete), un veterano militar y un ambicioso multimillonario, dispuesto a aplicar un plan B en el último momento si es necesario.

Los conflictos personales de sus protagonistas le dan consistencia a un filme cuya factura y calidad de efectos especiales no se queda atrás. Randall Mindy se transforma a través de un viaje que lo lleva a cuestionar su rol de marido y padre ejemplar, pero que lo conducirán al mejor final posible de un científico sin aspiraciones mayores que la de estudiar estrellas, pero que debe compatibilizar la difícil decisión de asumir los costos de salvar a la humanidad, dejarse llevar por los deseos de una lujuriosa presentadora de televisión (Cate Blanchett) o volver al seno familiar. Kate Dibiasky, por su parte, debe enfrentar su destino como descubridora del "mata planetas", sumarse a una irrelevante banda de jóvenes anarcos (liderados por Timothée Chalamet) sin preocupación alguna por el mañana o como mujer que tiene derecho a amar en las vísperas de lo que puede convertirse en la aniquilación total.

Durante dos horas y media el negacionismo de "Don't Look Up" (uno de los estrenos navideños de Netflix de 2021) se convierte en una visionaria radiografía del absurdo de nuestra era, tan hilarante como deprimente, y donde se describe con éxito la psicología de los movimientos antivacunas o aquellas manifestaciones pseudo ecológicas que desechan las verdades impuestas por el cambio climático, dudando de una evidencia científica convertida solo en un relato mitológico con menos peso que aquel narrado por las sagradas escrituras.

El elenco reunido es de primer nivel. La calidad y cantidad de estrellas del cine nos recuerda a la afamada: "Mars Attacks!" (Tim Burton, 1996). A diferencia de la obra de Burton, la historia construida por el director Adam McKay no se ríe de la importancia de los roles otorgados a sus actores y actrices. Acá, cada subtrama alcanza un peso específico que la convierten es una sátira mordaz, atrevida y delirante, donde hasta la escena post créditos nos deja boquiabiertos y hace preguntarnos si está basada en hechos posibles.

Es allí donde descansa su valor. Ante dicha pregunta, un rotundo "sí" asoma como respuesta.


[*] Reseña publicada en el portal de FYCIF: https://www.centroculturalfycif.cl/peliculas/dont-look-up-no-mires-arriba-una-hilarante-comedia-apocaliptica/